¿Qué te sugiere el título El libro de los Cerdos? ¿Qué imaginas que puede suceder? ¿En qué crees que se centrará la acción? ¿Quiénes serán los protagonistas?
¿Alguna idea compañeros?
A ver si con esta imagen se agudizan los sentidos:
Bromas aparte y dejando esta iniciación a un lado, nos introduciremos de lleno en el álbum del dibujante y autor inglés Anthony Browne cuyo título ya adelantábamos en líneas anteriores: El libro de los Cerdos. Bajo la túnica de una publicación infantil, una narración sencilla y concisa se esconde un mensaje moral que podríamos llevar al aula.
¿Por qué un niño cuando llora siempre llama a su mamá?
¿Por qué cuando no encuentras algo en el armario acudes a mamá?
¿Por qué cuando necesitas consejo culinario acudes a mamá?
¿Por qué cuando estás malito buscas cuidados en mamá?
Seguro que en más de una situación te sientes identificado, y si no es así, me alegro mucho por ello, entendiendo en esta afirmación que el trabajo doméstico queda repartido en el hogar . La madre, con un viejo recorrido histórico, ha llevado el peso de la familia, ha sido la viga maestra de la estructura familiar, como bien representa la anterior imagen insertada. A voz de pronto recuerdo esos anuncios en los que la mujer presumía de tener una sartén para hacerle la comidita a su marido o alardeaba de una potente aspiradora que le permitía tenerlo todo limpio cuando su marido llegara a casa. Aunque, afortunadamente, cada vez más esta visión se va desintegrando, aun quedan muchas muestras de este explotado trabajo femenino: niñ@s que esperan a que la mamá les haga la cama, les ponga la mesa, les sirva la comida, les recoja los trastos… Sin duda, este es un tema que constantemente da la vuelta al mundo y del que mucho se tendría que decir.
Esta es la visión que el autor quiere reflejar en su obra, ¿qué pasaría si la figura materna desapareciera de la casa unos días cansada de tanto trabajar? Esta es la situación que el autor plantea y ante la cual el hombre y los hombrecitos, mejor dicho, los cerdos de la casa, no saben reaccionar. Su existencia se hunde sin ella, la casa se convierte en una pocilga y por ello gritan a los cuatro vientos: ¡POR FAVOR REGRESA!
Sí, madre solo hay una, hay que cuidarla.
0 comentarios:
Publicar un comentario