martes, 2 de marzo de 2010

Trayectoria de un lamentable usuario informático

Saludos a todos
       Inauguro mi aportación en el blog con una entrada sobre los conocimientos que tiene un servidor (valga el juego de palabras) sobre las herramientas informáticas. Confieso que durante años estuve anclado en el MS2, creo que por romanticismo y apego (ya se sabe, la primera vez nunca se olvida). Sin embargo, pronto tuve que reaccionar y adaptarme a los ecos embriagadores que forzosamente aportaba otro sistema operativo como era Windows, mucho más rápido y funcional, acorde a los tiempos “modelnos” como diría algún coordinador de Máster. De todas formas, desde hace un año, tras mi experiencia enriquecedora en el extranjero (a nivel profesional y personal) suelo trabajar con Linux, competidor humilde del gigante de Microsoft. En un principio resultó algo desconocido para mí…un auténtico mundo paralelo (¿¿¿Ubuntu??? ¿Eso qué es? ¿Una tribu africana?), pero enseguida compruebas que este software libre puede convertirse en un instrumento alternativo, con sus ventajas e inconvenientes, pero al fin y al cabo, un medio más con el que desenvolverse por Internet y sus aplicaciones. No seré yo quien venda el producto, pero os animo a emplearlo y a que conozcáis mucho más de este gracioso pingüino.

     Desdichado de mí si no reconociera que he recurrido al paquete de Office en más de una ocasión. Por mis manos han pasado Word, Excel y Power Point (¡qué gran rendimiento de este último se está haciendo a lo largo de estos cuatro meses!). Por supuesto, he hecho uso de buscadores como Bing o Google (entre otras cosas, para buscar fotos de Pilar Rubio) y de páginas web como Wikipedia, Cervantes Virtual o Liceus. Pero sinceramente, a pesar de los infatigables correos cadena y los anuncios spam sobre Viagra, Hotmail es mi arma favorita, aunque sea también ferviente admirador del íntimo y candoroso correo ordinario (Espero que mis hijos no tengan que escribir un mail a los reyes magos con la lista de juguetes que desean). Nadie duda de que este sistema, caracterizado por su eficiencia e inmediatez, me permite trasladar mis palabras, reflejo de mis pensamientos e inquietudes, a destinatarios lejanos en cuestión de segundos. En realidad, es un ejercicio personal de la escritura, una puesta en práctica de la capacidad de expresión y un juego del lenguaje íntimo adecuado a las circunstancias.
       Finalmente, perdonadme si no abro una cuenta en Facebook o Tuenti, ni tan siquiera que haga uso del Messenger, pero en las relaciones comunicativas no soporto la distante y fría intervención de un ordenador.
Josema

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